The Riot Club. Crítica de cine
febrero 25, 2021 at 2:13 ,
No hay comentarios
Masculinidad tóxica.
Esto sería una definición muy general de la película The Riot Club de Lone Scherfig. También directora de la deliciosa y para mi casi comedia romántica Su mejor historia.
The Riot Club nos cuenta la historia de un club formado en Oxford en el que solo se puede entrar con invitación y pasando una serie de pruebas muy denigrantes. Solo diez miembros, nada de mujeres.
Podríamos decir que llega a recordar al el Club de los Poetas Muertos o Tolkien en algún momento fugaz, pero se acerca más a un thriller con cierto peso dramático.
Esperaba encontrar una historia llena de clichés y vida estudiantil típicade Retorno a Brideshead. Para nada fue así.
Huella femenina, tanto en dirección y guion con un reparto plenamente masculino de caras que son conocidas. Max Irons (hijo de Jeremy Irons, sí, pero del que te llevas una grata sorpresa), Sam Caflim (que repite otro nuevo papel con la misma directora), Douglas Booth (Mary Shelley), Ben Schnetzer (Pride), y otros actores que últimamente son conocidos en plataformas como Netflix.
Quería comentar brevemente esta película, ya que está mañana leí un tweet que me pareció curioso.
El tweet era lo siguiente: fotos de diferentes personajes conocidos que han sido escritos por mujeres (como el Señor Darcy de Orgullo y Prejucio) y encima de estas ponía: "A las mujeres no les gustan los hombres. A las mujeres les gustan los hombres escritos por mujeres". Me pareció sumamente curioso y horas después, Filmin me recomendó una sección de "Mujeres guionistas" y encontré The Riot Club.
Esta película, aparte de tratar el tema de la realidad social de la clase alta, que hace hincapié en que si naces en una cuna de oro, eso va influir en algún aspecto de tu comportamiento a pesar de que quieras cambiarlo por fuerza mayor...
"Masculinidad tóxica".
Últimamente se oye mucho este término. La gente de mi edad lo usa muchísimo.
El perfecto ejemplo en ficción de masculinidad tóxica son los papeles que interpreta Jacob Elordi en la película The Kissing Booth y la aclamada serie Euphoria.
Este actor hace el mismo papel y tipo de personaje en diferentes proyectos. Y la diferencia es que en la primera película nos lo venden como un tipo romántico y en la serie nos lo muestran como realmente es. Un personaje con un serio problema al momento de identificar su propia masculinidad y sexualidad en sí.
En esta película, The Riot Club, hacen algo que me ha parecido necesario para el futuro.
En ningún momento te explican por qué sus personajes que actúan de una manera tan misógina. No nos da tiempo a preguntar, porque no hace falta.
Sabemos que son así.
A veces es muy repetitivo dar explicaciones y buscar la clave de un comportamiento de estas características.
Son chicos ricos y mimados. Punto.
Lo vemos impuesto y reflejado desde el principio hasta el final en el film y es la única información que tenemos. No necesitamos más.
No hay justificación.
Hubo momentos de absoluta tensión por culpa de este comportamiento. De ahí a que se considere un thriller. A mitad de la película, cruzas los dedos, porque sabes que algo malo va a pasar.
Nos muestran que son chicos denigrantes y esperas lo peor para ver esa forma de odio en acción.
Volviendo a la anécdota del tweet. Es curioso como la perspectiva de una mujer cambia tanto una historia de unos chicos.
En definitiva, las mujeres pueden escribir sobre hombres desde una perspectiva no única, sino real.
¿Por qué escribir sobre mujeres inventadas e irreales en una gran mayoría del cine cuando muchas mujeres creadores reflejan a los hombres de forma real?
Todos sabemos las respuestas.
Pero me gusta recordarlo, así no perdemos el foco de contar historias como realmente el mundo y las personas lo merecen.
Alicia L